Your browser is out-of-date.
To get a better experience with our home designs, please download other browsers for free. Just click on the icon!
Nos hemos vuelto locos por el turquesa. No solo es el color del mar de las playas más apetecibles, sino que además el turquesa es, desde hace un par de años, el color de moda del verano.
A medio camino entre el verde y el azul, el turquesa es un color luminoso y llamativo y, al mismo tiempo, delicado y elegante. Su ambigüedad hace que a veces resulte difícil saber con qué combinarlo, sin embargo seamos atrevidos: el turquesa es un color versátil que pega prácticamente con todo.
Siempre hay un turquesa para cada tono, material o textura, solo hace falta encontrar el adecuado. ¡Vamos a intentarlo!
El turquesa es el color del mar y quizá por esa relación con lo acuático, es un color excelente para decorar el baño. En este espacio, Decolook le da máximo protagonismo, con la pared principal de hexagonales azulejos de potente turquesa. La red turquesa que crean los azulejos combina con el techo, en una tonalidad mucho más pastel, que junto con el blanco del suelo suaviza el ambiente.
Por último, un toque rojo, aportado por las toallas que cuelgan bajo los lavabos, crea un contraste muy llamativo. Un baño que, sin duda, no pasará desapercibido.
La combinación de turquesas con colores tierra, dorados y oscuros es ya un clásico de la decoración, especialmente en salones y comedores. Para aquellos que no son muy dado a los colores estridentes, un toque de turquesa en sus salones de tonos clásicos puede dar una nota de color sin romper el equilibrio.
El turquesa es elegante combinado con el beige, como lo demuestra este sofá de Muebles Flores Torreblanca, cuyos cojines dan personalidad y rompen la monotonía de los crudos.
Una estancia donde predomina el beis se ve de repente resaltada por un sofá con personalidad. No solo su color, turquesa, y su material, terciopelo, dan sensación de calidez a la habitación. También el toque ácido de los cojines, que combinan blanco, negro y amarillo brinda una sensación acogedora, al mismo tiempo que moderna y luminosa.
En esta cocina parece que en cualquier momento puede entrar alguien con los pies descalzos arrastrando finísima arena de playa entre los dedos. El color blanco, predominante en la habitación, nos recuerda a los apartamentos de playa, los azulejos que dibujan flores de color turquesa le dan un toque marino que invita a sentarse sobre los taburetes de madera de fresno de Javier Herrero, comer un trozo de sandía y volver a la infancia más veraniega.
En este recorrido turquesa acabamos por el más pastel de todos. En esta habitación el turquesa parece tan suave y volátil como los pájaros que alzan el vuelo en el vinilo de la pared frontal. Las cortinas, también en el mismo tono, son tan transparentes como las aguas del Caribe en el que más de uno sueña despertarse este verano.
¡Cómo para no volverse loco por este color!
