En el libro de ideas de hoy vamos a enumerarles 13 cosas de las que deberíamos deshacernos cuanto antes para tener una casa más adulta.
Y en esta tónica de ser más selectivos con esas cosas que terminan ocupando espacio, aprovechamos para compartirles otro libro de ideas con 10 cosas que no necestamos en casa.
Después de cierta edad objetos que nos parecían divertidos o útiles van perdiendo su encanto. Para hacer una transición lógica en nuestras casas, evitando que parezcan un departamento para estudiantes tenemos que hacer ciertos sacrificios y deshacernos de algunas cosas. Acá les decimos cuáles deben irse.
Después de cierta edad, los puffs pierden encanto y utilidad. Es mejor invertir en un buen sillón y olvidarnos de este tipo de asientos que a la larga resultan bastante poco prácticos e incómodos.
Si bien pueden ser muy decorativas, la función de la lámpara es iluminar. Si tenemos en un ambiente iluminación suficiente y no necesitamos luces focales, entonces es mejor deshacernos de esa lámpara que no tiene ninguna utilidad.
Abracemos las ventajas de la tecnología optando por pantallas planas y LCDs que ocupan poco espacio y además se ven bien. De esta forma podemos tirar o regalar la mesa de TV y ganar espacio.
Es preferible escoger las mejores fotos y darles un tratamiento adecuado que tener a la vista una profusión de imágenes dispuestas de cualquier manera. Las fotografías enmarcadas se ven más prolijas y se conservan mejor.
Es preferible comprar una buena alfombra, cuyo tamaño nos ayude a agrandar visualmente los espacios que varias alfombras chicas que terminan dándole un aire confuso a nuestros ambientes. Si podemos encargar alfombras a medida, aún mejor.
Llegó la hora de comprarnos esa cama camera que siempre hemos querido. Incluso si no estamos en pareja, nada más cómodo que una cama grande que sirva de ancla en el dormitorio principal.
Hablando de camas, la blanquería (sábanas, fundas, cubrecamas, frazadas) deben estar en buen estado. Podemos tirar sin culpa las que ya cumplieron su ciclo.
Otra cosa de la que deberíamos deshacernos tan pronto alcanzamos cierto grado de adultez son las vajillas de plástico. Son antiestéticas y nada higiénicas.
Los libros y revistas que ya no leemos pueden resultar interesantes para otras personas. Es hora de ponerlos a circular.
No hay nada de malo con reusar o reciclar muebles de otras épocas, siempre y cuando tengan un valor estético que valga la pena. Las sillas que se vean demodé pueden irse.
En todas las casas existen un buen número de recuerdos o souvenirs que ya no nos gustan. Para hacerle espacio a nuevos adornos, los otros deben irse.
Las flores y frutas de plástico son un faux pas imperdonable en estas épocas en las que buscamos el contacto con lo orgánico y natural.
No estamos diciendo que hay que tirar todos los almohadones, pero sí debemos elegir y quedarnos sólo con los mejores, ya que demasiada profusión hace que los ambientes se vean más desprolijos.