Tu granito de arena con un jardín ecológico

Evaly Contreras Evaly Contreras
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Aunque no lo creas, convertir tu jardín en un jardín ecológico es un aporte muy grande que ayudará al medio ambiente. Tendrás la conciencia tranquila y limpia, pues tu impacto en el entorno ya no será negativo. Puede sonar como un gran trabajo, pero la verdad es que si eres amante de la naturaleza y del aire libre, el tema te va a comenzar a entusiarmar y te vas a volver un activista ambiental dentro los límites de tu propia casa.

Pon un estanque

Un estanque con algunos peces y plantas acuáticas le dará un giro muy ecológico a tu jardín y lo convertirá además en un espacio sostenible con un pequeño ecosistema extra. Además, tiene un alto nivel decorativo que distinguirá tu jardín de uno convencional. Puedes hacerlo de la forma y tamaño que desees, pero trata de elegir un lugar accesible, soleado y lejos de los árboles para que no se llene de hojas. Muy importante: ¡Mantén el agua limpia! Un cambio en la acidez del agua puede acabar con la flora y la fauna del estanque.

Haz tu propio abono

El abono está hecho de residuos de alimentos y otros materiales orgánicos que se han descompuesto, se usa para añadir nutrientes al suelo y es una buena forma de reutilizar estos residuos orgánicos. Los materiales usados pueden incluir tiras de papel, trozos de frutas y vegetales, hojas secas, cortes de grama, granos de café, cáscaras de huevos y restos de comida. Nunca añadas carne o productos lácteos a una mezcla para abono. Reune suficiente material y haz una montañita con todos lo que reuniste, para que pueda ir generando su propio calor mientras el material se descompone. Esta mezcla debe mantenerse húmeda añadiendo agua y aire.

Planta especies locales

Escoge las plantas y flores nativas del lugar donde vives. Estas especies locales van a crecer muy bien porque están naturalmente adaptadas a las condiciones climáticas y ambientales específicas del lugar. No tendrán grandes necesidades de agua, fertilizantes ni mantenimiento, y benefician la vida silvestre al proveer hábitat y comida. Si vas a comprar algunas plantas en viveros locales, asegúrate de la calidad de la planta y de que se hayan desarrollado en unas condiciones similares a las de tu jardín, para evitar problemas posteriores.

Siembra tus propios vegetales

Una de las mayores ventajas de tener tu eco-jardín es la posibilidad de usarlo como un huerto orgánico. Las verduras ecológicas son aquellas en cuya etapa de producción se ha respetado la naturaleza y donde no usaron pesticidas ni fertilizantes químicos; por eso tienen muchos beneficios para nuestra salud y para el medio ambiente. Todas las verduras que te gustan podrían cultivarse de forma orgánica, sin impactar tu entorno natural ni contaminar los recursos como el suelo, el agua y el aire.

Crea una barrera de setos

Si además te gustaría incluir un pequeño huerto en tu jardín, tener una barrera de setos es una de esas pequeñas prácticas que ayudan a aumentar la diversidad de especies y a proteger el suelo de la erosión, si lo que estás buscando es cultivar alimentos ecológicos. No solamente son más bonitos que una cerca de metal o de ladrillos, sino que aumentan las fuentes de alimentos y contribuyen a crear un hábitat variado y aportan sombra y humedad.

Arma un pequeño jardín de hierbas

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También puedes tener tu propio jardín de hierbas, donde cultives tus propias plantas herbales para luego usarlas en la cocina o con fines medicinales. Se consideran parte de la jardinería ecológica y se pueden crear fácilmente incluso en jardines muy pequeños. Sin embargo, requieren cuidado frecuentemente y lo recomendamos sólo si estás muy entusiasmado al respecto. Entre las hierbas que podrían aromatizar y adornar tu jardín está la albahaca, el orégano, el cilante, el perejil, romero, tomillo, menta y hierbabuena.

No uses químicos

Puede ser difícil y requerir un poco de investigación, pero sí es posible la jardinería sin químicos. Tratemos de evitar los fertilizantes químicos porque estos corren hacia los ríos, océanos y pantanos. Usa elementos naturales para añadir nutrientes al suelo, puedes usar harina de huesos, harina de sangre, emulsión de pescado y harina de algodón y combínalos con tu abono para nutrir el suelo. Además los pesticidas son uno de los químicos más peligrosos para tener en casa. Son peligrosos para los niños, las mascotas y todos los seres vivos que pudieran estar en contacto con ellos.

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