Te presentamos el Antes y el Después de una casa de grandes dimensiones, con una edificación amplia y un jardín grande, generoso y con mucho potencial, pero en la que nada era bien aprovechado antes de la intervención del estudio de arquitectura Victoria Suriguez.
De hecho, todo el espacio era aprovechado para usos que no correspondían a su vocación, como áreas de tender ropa en la terraza, o una zona de comedor con la mesa pegada a la pared y las cortinas cerradas, oscureciendo la estancia.
Pero después de la intervención, cada espacio ha sido embellecido, reformado con nuevos revestimientos, colores y detalles, y cada superficie se ha optimizado para utilizar de la mejor manera las áreas: las terrazas como terrazas, la cocineta exterior como un espacio perfecto para compartir, el jardín para jugar y disfrutar de la alberca, una cocina ordenada y amplia y una estancia luminosa y fresca.
Te invitamos a conocer los cambios uno a uno.
Podemos apreciar que la edificación es bastante grande, con un acabado en ladrillo natural y un tejabán para la terraza posterior de lámina blanca impermeabilizada.
Las zonas son desaprovechadas, la alberca no luce nada inspiradora y el espacio exterior está lleno de cosas que no invitan a pasar una tarde agradable.
La remodelación en el exterior consistió en revestir todos los muros con un repellado fino y una base de pintura en color crema muy claro. La antigua techumbre de lámina se eliminó y se construyó una estructura de acero y concreto para crear una terraza en la segunda planta. Las vistas de la cubierta alta recibieron mantenimiento para dejar visibles las estructuras de madera, que lucen espléndidas sobre el claro color de las paredes.
La casa ahora luce encantadora e inspiradora, veamos cómo se reformaron cada uno de los espacios.
En la terraza exterior, una de las zonas contaba con una cocineta para compartir asados y comidas familiares. Pues bien, esta zona estaba en mal estado, no se usaba como tal sino para colgar ropa o guardar cosas viejas, y estaba llenándose de vegetación salvaje.
En la reforma, la cocineta recibió un nuevo trato: se revistieron las columnas con piezas de piedra laja en tonos cafés oscuros, la cocina recibió una nueva superficie, se le integró una barra de madera para funcionar como desayundor o barra de bar, y se modernizaron los aparatos y los accesorios.
Podemos ver, además, que la vegetación se podó y se le dio forma a un hermoso jardín, dando visibilidad y nueva vida a la piscina, antes olvidada. ¡Ahora sí que se antoja pasar una tarde completa aquí!
La cocina se encontraba en un espacio separado del comedor, pero a pesar de contar con suficiente espacio, el comedor lucía apretado. La cocina ¡no se diga! Desde lejos se aprecia un desorden de cosas y exceso de utensilios.
La cocina recibió también una manita de gato. Se retiró el murete que separaba las zonas y se dejó en una columna estructural, permitiendo una conexión visual entre la cocina y el comedor con una barra de madera además de una entrada sin puerta.
Los muros blancos y el retiro de las cortinas permite que la zona luzca luminosa y llena de brillo, sin necesidad de comprar mobiliario nuevo.
Las cortinas encerraban y oscurecían todo el espacio. Había una saturación de elementos, detalles, ornamentos, utensilios y demás, ¡era un caos!
Un nuevo orden permite disfrutar del espacio con mucha luz. El comedor se ha posicionado al centro de la estancia, permitiendo el paso libre a la terraza, y la luz que entra a raudales crea una atmósfera luminosa y acogedora.
El color, la nueva organización, la luz natural y el diseño moderno y funcional han hecho de esta cocina un sueño.
Esta separación creaba oscuridad y poca funcionalidad.
Ahora hay paso de luz, cada mueble y cada área en la casa es funcional y práctico.
¿Qué chiste tiene una terraza cuyos sillones miran hacia el interior de la casa que, por cierto, tiene las cortinas cerradas? Ninguno… Esta terraza no inspiraba para nada.
La sala ahora sí está presta para disfrutarse. La zona se despejó de todas las cosas que almacenaba y que desperdiciaban y oscurecían el lugar. Ahora se disfruta de una verdadera terraza.
Nada era inspirador aquí, ni la cocineta, ni la alberca ni las terrazas… Afortunadamente se buscó una solución que resultó ser perfecta.
El cambio ha sido fantástico. La terraza, la fachada, la casa completa ahora es funcional, luminosa e inspiradora, con un ambiente acogedor y ordenado pero sin perder la sutileza familiar. Una transformación absoluta y encantadora.
Sigue descubriendo metamorfosis en La ampliación de una casa de interés social.