7 consejos de limpieza para un cambio radical

José Manuel Peñalver Romero José Manuel Peñalver Romero
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Partiendo del axioma de que no es más limpio quien más limpia sino quien menos ensucia, no es necesario hacer una profunda renovación en tu decoración para obtener una impresión de que algo nuevo sucede en el ambiente. La limpieza no es sólo una cuestión de higiene, una vez cumplido ese cometido, la sensación de limpieza y orden se extiende también a una actitud mental igualmente saneada que hace que nuestra vida suceda sin mácula alguna. Con los siguientes consejos pretendemos ayudarte a que la limpieza de tu casa exterior tenga una influencia en tu casa interior, allí donde habita tu esencia más pura.

Cada estación requiere un tipo de limpieza

¿Cuándo se acumula más suciedad en verano o en invierno? Aunque el uso de la casa sea el mismo, en verano puede acumularse más polvo porque las ventanas tienden a permanecer más tiempo abiertas y eso hace que tengamos que limpiar el polvo más a menudo. Por el contrario, en invierno abusamos más de la cocinas preparando platos calientes, al horno, guisos en ollas y eso hace que el vapor de la cocción y los olores sean más frecuentes. Limpiar, salón o cocina, siempre hay que limpiar, da igual la época del año.

Atención al dormitorio y la ropa de cama

Polvo, plumas de edredones y almohadones, restos de vello en la ropa de cama… La limpieza del dormitorio es una tarea casi diaria. Pasar la mopa o la aspiradora se hace imprescindible; además de acometer la limpieza en superficies como las mesitas, cómodas o armarios. La alfombra también necesita su repaso cotidiano y para ello te recomendamos algo que parece misión imposible, no lo es para una coalición de agua tibia, un chorro de amoniaco y un pepino licuado. Mézclalos en un cubo y empapa en él un trapo. Después, pásalo por la superficie de esa alfombra rebelde y verás cómo recoge la suciedad acumulada en su superficie, dejándola brillante y esplendorosa.

Pulcritud en el cuarto de baño

Son muchas las zonas a tratar para una correcta limpieza del baño. Además de limpiar las zonas principales, es necesario tener en cuenta aspectos como la humedad y el moho. Las claves por una correcta limpieza del baño incluyen zonas como la bañera o ducha, el lavabo y el inodoro, así como las paredes y suelos, baldosas y azulejos. Sin embargo, hay zonas aledañas que es importante limpiar con atención como por ejemplo la mampara o cortina de ducha, el espejo o la rejilla de ventilación.

Una cocina reluciente

¡Ay, la cocina! Nos suele dar tantos dolores de cabeza su limpieza como platos de comida ponemos en la mesa. Son muchas cosas por limpiar y muchas manchas difíciles; pero como todo tiene solución, aquí van algunos trucos. Para la vitrocerámica: mezcla bicarbonato con vinagre de alcohol hasta que quede consistencia de pasta de dientes y después se aclara con una bayeta húmeda. En el horno, lo ideal es cubrir la bandeja con papel de horno o de aluminio, pero si aún así se ha manchado, la pasta de bicarbonato con vinagre de alcohol también funciona aquí. Para el microondas, introduce un bol con agua y zumo de limón durante cinco minutos y después lo dejamos otros cinco en el interior, el vaho que produce limpiará y desinfectará todo.

Salón y comedor inmaculados

Para limpiar el salón, la primera norma es trabajar siempre de arriba abajo, de forma que la limpieza del suelo sea la última tarea. Tiene su lógica, ya que se irá depositando todo el polvo y la suciedad que vaya cayendo de los lugares más altos. Por eso uno de los elementos que necesitas es una escalera alta, con barra quitamiedos. Retira las cortinas si se trata de una limpieza a fondo.

Educando en el orden y la limpieza

Aunque los niños pueden ayudar en casa desde muy pequeños, cuando se trata de convertir el caos de sus dormitorios en un espacio de tranquilidad, probablemente tendrás que tomar la delantera. Te bastará con apenas media hora siguiendo las siguientes tareas: ventila, haz la cama, ordena la habitación, comprueba si hay manchas, recoge la ropa sucia, organiza los juguetes y quita el polvo, barre o pasa la aspiradora y friega el suelo si es necesario. Pero sobre todo, intenta educar en la actitud de orden y limpieza.

El orden es la mejor actitud de limpieza

Mucho se habla de técnicas de limpieza, del uso de productos y máquinas, de lo importante que es saber desinfectar y distinguir los tipos de suelos y su tratamiento. Sin embargo pasamos por alto en muchas ocasiones la importancia de la actitud. Una disciplina de limpieza y orden hace que, primero, ahorremos tiempo y esfuerzo en tareas de limpieza; y segundo, que nuestra actitud vital sea también más ordenada y disciplinada con el beneficio que eso conlleva en general en nuestra vida. El orden hacia los objetos exteriores rebela también el orden en nuestra vida interior. Con lo uno entrenamos también lo otro.

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