15 cosas que debes hacer en casa justo después de la mudanza

Si no lo hicimos antes de mudarnos, que sería lo ideal para no pasar por el trabajo que da pintar la casa de arriba abajo, hay que poner manos a la obra y hacerlo cuanto antes. Incluso si decidimos mantener los mismos colores, es mejor sacar el tema pintura del paso.

Muchos prefieren gas en la cocina, pero ¡cuidado! el gas puede ser peligroso cuando hay fugas. Si la nueva casa tiene instalaciones de gas, hay que llamar a un experto que revise que esté todo en orden. 

Las carpinterías de las ventanas son los lugares por los que se fuga el calor en tierra fría o por los que entra en tierra caliente. Esto significa que gastaremos más energía en mantener la casa caliente cuando hace frío y fresca cuando hace calor por culpa de las carpinterías en mal estado. 

Es vital cambiar TODAS las cerraduras de puertas de acceso a la casa. Esto es algo que deberíamos hacer si no antes de mudarnos, tan pronto lo hagamos y puede solucionarse en una tarde con un buen cerrajero. 

No sirve enterarnos de que estamos llenos de goteras cuando empiezan las lluvias. Es mejor controlar el techo desde temprano o directamente darle una capa de algún impermeabilizante para adelantarnos a los daños que pueden causar las filtraciones. 

Los baños son espacios en los que definitivamente no queremos bacterias, ni compartir ciertas piezas con los anteriores dueños. La tapa del sanitario hay que cambiarla en cuanto nos mudamos, no hay excusas. 

Para poder descansar por las noches viendo una serie o película en el televisor, es mejor contratar un proveedor de cable cuanto antes. Hay que tener en cuenta que estas instalaciones no se realizan de un día para otro, por lo general se toma unos días la llegada del técnico. 

Tanto si creen en esas cosas como si no, no hará ningún daño prender algunas velas blancas para alejar las malas energías y atraer las buenas. Y ya que estamos podemos esparcir sal marina por los pisos, dejar que absorban las malas vibras y barrerla después de un rato. Porque de que vuelan, vuelan. 

Es típico después de las mudanzas encontrarnos con el primer fin de semana en casa, pensar que por fin podremos dormir hasta tarde y darnos cuenta a las 7am que entra tanta luz por la ventana que no hay manera de poder quedarse en la cama. 

Es casi imposible estar en casa sin conexión a internet. Como ocurre con el cable, los proveedores de internet se toman su tiempo para traer e instalar los equipos, así que es mejor salir de eso los primeros días. 

Las cocinas son espacios con altísimos niveles de desgaste de materiales, debido a las múltiples funciones que se realizan en ellas, así que entre las cosas que tenemos que revisar, es que los muebles de cocina estén en buen estado, con las bisagras en su sitio y sin daños producidos por la humedad. 

Los baños más que limpiarlos hay que desinfectarlos. Desde las piezas y muebles, hasta las juntas de las cerámicas, lugares donde se acumula la mugre. Si no queremos hacerlo nosotros, podemos contratar empresas especializadas en limpieza a fondo. 

Necesitamos al menos un refugio dentro del caos que trae consigo la mudanza y es bueno que ese lugar sean las habitaciones de cada miembro de la familia. Sin importar lo crudo que esté todo afuera, que podamos cerrar la puerta por la noche y descansar en un ambiente ordenado, limpio y sobretodo, listo. 

Para la parte del cableado, es bueno contratar los servicios de un electricista, ya que no es cosa de juego. Cambiar los bombillos existentes por versiones LED ahorradoras de energía o las cuentas de electricidad llegarán por las nubes. 

Para que la nueva casa se convierta en hogar, es importante llenarla de esos objetos y recuerdos que la hacen solo nuestra. Es el momento para colgar esas fotos y sacar esos adornos que nos traen recuerdos felices.