Cualquier casa pequeña puede convertirse en un auténtico tesoro de intimidad y refinamiento. Hoy queremos mostraros en homify una pequeña joya que se encuentra en Fermo, en la región de Marche y que, con apenas 65 m², resulta ideal para solteros o una pareja de recién casados. El proyecto fue diseñado por Ossigeno Architettura, un estudio ubicado en Porto Sant'Elpidio, que renovó la casa dándole un toque moderno pero con soluciones que permiten un gran margen de elementos rústicos. ¿Te apetece conocerla? ¡Acompáñanos!
El aspecto exterior de la fachada se articula sobre el color blanco de las paredes que aparece además en los marcos, barandillas y ventanas. Estas últimas le dan a la casa un toque muy humano, al tiempo que cumplen con su función para permitir el paso de la luz e iluminar los espacios interiores tanto como sea posible. Los escalones de la entrada mantienen la línea del resto de la fachada dando plasticidad a la construcción.
Solo con cruzar el umbral de la puerta, nos encontramos con un espacio acogedor e informal, con una luz inesperada, debido no solo al predominio de los muebles blancos, sino también al que viste las paredes y el techo. Este espacio se ha dividido en salón y cocina en la parte trasera de la habitación, mientras que un sofá negro permite la definición de la anchura del ambiente.
Como comentábamos anteriormente, la pequeña cocina de este coqueto apartamento está separada del salón a través de una península en la que se ha incorporado una cocina eléctrica. Siguiendo la línea decorativa, el mobiliario es de color blanco, mientras que para los azulejos de la parte de detrás del fregadero, se ha optado por una combinación en blanco, negro y gris que aportan un toque de fantasía a la estancia. No obstante, no podemos dejar de destacar la pared de ladrillos, un elemento que proporciona a la cocina un aspecto rústico en el que encontramos la abertura a un balcón exterior, gracias al cual penetra una abundante luz que ilumina todo el interior.
Los detalles de esta cocina no dejan de sorprender. No solo existe una armonía de colores sino que la elección de los estilos es perfecta. En la imagen podemos ver cómo un viejo escritorio se ha convertido en una mesa para las comidas, pintado con colores brillantes como el rojo y el azul, casi como si se tratara de una mesa para niños. En la parte superior, desde el techo, lámparas colgantes de oro y plata forman una lámpara de araña y dando un cierto aire industrial al ambiente. ¿No resulta sencillamente perfecto?
Esta es la estancia de la casa que más nos gusta, con su pared gris predominante a media altura y el mobiliario que sostiene el lavabo, todo aligerado por pequeños detalles, así como por los tonos elegidos para techo y suelo. Un espejo grande, sin adornos, destaca a lo largo de toda la longitud de la pared y es una gran ayuda para ampliar visualmente el medio ambiente.
En cualquier caso, no podemos dejar de destacar la cabina de ducha, cuyo impacto visual se reduce al mínimo, ya que se compone de paneles de vidrio con muy poco espacio dejado por las costuras. El toque zen lo da el lavabo que con su forma recuerda a una fuente en un jardín zen japonés.
La simplicidad rústica es una de las consignas de este dormitorio. Una vez más se recurre al juego bicolor, representado en este caso por las almohadas de la cama y sus textiles. Las mesitas de noche de madera y en tonos miel son los elementos que aportan la dosis correcta de rusticidad a un entorno, básico y minimalista.
Llegamos al final de esta casa con la vista puesta en los detalles. Los apliques del salón son un ejemplo perfecto de a qué nos referimos. Con una original forma cuadrada, estas pequeñas lámparas proyectan a luz hacia el techo, creando formas geométricas que, al mismo tiempo, hacen que destaquen las vigas blancas del techo comunes a todas las habitaciones de la casa.
Puedes encontrar más sugerencias para iluminar tu casa con estilo en nuestro libro de ideas: Iluminación indirecta: ¡6 ideas brillantes!