Cuando una reforma interior se convierte en arte

Marisa Alcore Marisa Alcore
A HOUSE, Vaíllo & Irigaray Vaíllo & Irigaray Minimalist dining room
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Los proyectos de reforma resultan apasionantes por su capacidad de transformación. Espacios mal organizados, inadaptables a nuevas necesidades o de diseño obsoleto se convierten en espacios de calidad y cualidades totalmente diferentes. El que hoy protagoniza este libro de ideas afecta a una vivienda que se localiza en Pamplona. Tiene algo muy especial: no se trata de una simple reforma, sino de una obra de arte. Parte de un concepto peculiar y su resultado sugiere una reflexión acerca de las repercusiones de introducir una nueva escala diferente a la doméstica, una escala casi palaciega. Igual se debe a su lenguaje o a su naturaleza cambiante, pero A House rebosa dramatismo por sus cuatro paredes. ¿Paredes? Quizá este término no sea el más apropiado y en seguida entenderéis por qué.

Antes de que comience la función tenemos que mencionar a los autores de esta obra: el estudio de arquitectura Vaíllo & Irigaray. Ahora sí, ¡que se abra el telón!

Bienvenida

Os damos la bienvenida a todos los curiosos que hayáis decidido recorrer la A House con nosotros.

Quizá esta imagen os invite a sentaros y copa de vino en mano, contemplar la delicadeza de los espacios. Sin embargo, os aseguramos que lo mejor está por llegar. Así que reservaremos esto para la despedida, para brindar por más viviendas así.

Primera escena: el salón

Si tuviéramos que describir este espacio con un solo adjetivo, probablemente utilizaríamos relajado. La atmósfera que aquí se crea es pausada, calmada, en equilibrio. Y todos los elementos, colores, materiales y formas se encuentran desnudos conviviendo en paz en un mismo espacio. Encontramos materiales nobles y formas simples que en ensencia buscan conmover a través de la sencillez. Destaca la forma tímida de penetrar la luz, difuminada por una gran cortina, el suave brillo del pavimento y la paleta de colores que juega en extremos. Un ambiente elegante y cálido.

Segunda escena: ¿dónde estamos?

En la imagen anterior ya empezaba intuirse, pero no hemos querido adelantaros la sorpresa. ¿Sería correcto usar la palabra paredes para describir esta vivienda? ¡Desde luego que no! Mediante raíles, grandes cortinas cuelgan del techo y esconden espacios tras ellas. Ahora entendéis el carácter dramático de todo esto: mediante una iconogradía teatral se organizan todos los usos: comedor, cocina, vestidor, salón… una manera poco convencional de compartimentar el espacio. Pero quizá la palabra compartimentar sea demasiado drástica.

Tercera escena: la transformación

Gracias a sus cortinas se debe también su naturaleza cambiante. Los espacios se transforman, se abren o se cierran según nuestras necesidades, nuestra manera particular de habitarlos o nuestras preferencias. Con las cortinas despejadas, podemos optar por un gran espacio sin límites donde impere la inmesidad. Con las cortinas a medio correr, podemos crear particiones que dejen ver y a su vez escondan, a nuestro antojo. Con las cortinas cerradas, crearemos espacios íntimos. Como os decíamos antes, se pierde la escala doméstica y se habita una diferente, una escala teatral y palaciega.

Cuarta escena: desconfiguración

Hemos hablado de transformación, ahora hablamos de desconfiguración de límites. Estas particiones textiles y dinámicas desfiguran los fondos y difuminan la continuidad entre estancias. La cortina es un elemento totalmente diferente al tradicional tabique. Son ligeras y oscilantes, su textura es cálida y representan un concepto totalmente diferente.

Quinta escena: la cocina

También el guión de la cocina busca la sencillez con la finalidad de conmover. Aquí, el espacio se pinta de blanco llenándose de pureza. Se emplea el mismo pavimiento en todo la vivienda: un mismo tablero de juego de madera, donde los habitantes a través de las cortinas establecen sus propias normas.

Sexta escena: la intimidad

El dormitorio, una de las zonas más íntimas de una vivienda, se separa del resto del espacio con tabiques de wengué. Sin embago, se sigue la misma estrategia que en el resto de la vivienda: cortinas que cubren los cerramientos de vidrio y zonifican los diferentes usos que se dan en ellos: vestidor, lavabo…

Séptima escena: la magia

En el baño, el espacio se vuelve totalmente diferente. La madera, cálida y oscura, contrasta con la frialdad de los vidrios translúcidos creando una escena casi mágica. Sensaciones contrapuestas, igual que la naturaleza de estos dos materiales, en un espacio cuya belleza eclipsa.

Con esta imagen despedimos la función y esperamos que os haya gustado tanto como a nosotros. No sin antes recomendaros que consultéis estos dos libros de ideas:

Casa Orfila: la delicadeza palpable

El loft de un fotógrafo

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